Nadie te debe nada
La gratuidad es un estado de vida, una actitud, que nace de lo más hondo de nuestro ser cuando el amor ha comenzado a crecer. Ser agradecidos es comprender que nadie nos debe nada, que los demás no son deudores nuestros y que nadie, ni siquiera aquellos que por algún motivo me han quitado o no me han dado lo que necesité, está obligado a darme algo. Nadie, nadie, nadie nos debe nada. Si alguien quiere compartir “algo” de lo que tiene con nosotros es por pura gratitud o generosidad y no por obligación. La gratuidad nos pone en una situación de pobreza espiritual y libertad interior y nos sitúa en la vida con los brazos abiertos para recibir y para dar. Vivir diciendo «gracias» es reconocer que todo lo que sucede y vivimos es para nuestro crecimiento, para hacer aflorar y desarrollar la capacidad de amar.
P. Javier Rojas, sj