Todos queremos vivir de manera tranquila, sin sobresaltos o problemas, pero la verdad es que las dificultades son parte de nuestra vida. Me animaría a decir que son una parte “importante” en nuestro proceso de crecimiento y madurez. Los inconvenientes, problemas o dificultades nos ayudan a desarrollar nuestras capacidades para afrontar los avatares de la vida. Es viviendo como se aprende a vivir, no existen manuales. La propia experiencia será nuestra fuente de sabiduría. Como dice aquel sabio refrán: «ningún buen capitán se forjó en aguas tranquilas». Al igual que un capitán tiene su escuela en el mar, nosotros tenemos la nuestra en la vida misma. Aprendiendo a resolver nuestras dificultades es como aprendemos el arte de vivir. Cuando tengas una dificultad no te preguntes «¿por qué me pasa esto a mí?», porque es inútil. Piensa más bien qué tengo que aprender de esta situación. Los discípulos de Jesús tuvieron una gran lección de fe y confianza en aquella tempestad. @jrojassj
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