Hay muy pocas cosas por las que estaríamos dispuesto a venderlo todo. La tendencia que tenemos a comprar, obtener y acumular nos hace perder de vista lo que verdaderamente es valioso e importante. Tenemos muchas cosas, pero muy pocas son realmente necesarias. El único inconveniente en estar afectado a las cosas es que nos olvidamos de las personas. ¡Qué hay más valioso que el amor, la paz y la fe! Las cosas, los títulos, los logros o conquistas personales jamás nos darán lo que la paz interior y el amor de las personas nos pueden ofrecer. Lo más valioso está en ti y en los demás. En tu corazón la paz que no se puede comprar, y en los demás el amor, que no se puede exigir ni ganar sino solo recibir.
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