La felicidad viene como consecuencia de recuperar la paz
Hay momentos en que buscar ser feliz parece más una utopía que una realidad. Pero sí es posible si descubrimos y profundizamos en el mensaje de Jesús. La felicidad, en realidad, es el resultado de otra cosa. La felicidad viene como consecuencia de recuperar la paz cuando ofrecemos el perdón, acontece cuando amamos a los demás sin dobles intenciones, o cuando somos misericordiosos con los errores de los otros porque también nos reconocemos frágiles y débiles. La felicidad que anuncia el evangelio es la consecuencia de las buenas acciones. Si buscamos ser felices necesitamos examinar nuestras acciones y comportamientos porque podemos estar ahuyentando la felicidad que buscamos.
(Jn 13, 16-20)