Todos estamos de acuerdo en que debemos amar a las personas por lo que son y no por lo que tienes. También, que lo más valioso de una persona no está en lo que posee y sino en lo que ella es. Sin embargo, a la hora de amar a Jesús no seguimos necesariamente este mismo principio, sino que, por el contrario, lo buscamos en la mayoría de las veces por lo que puede darnos. Basta con revisar los motivos que tenemos cuando rezamos para darnos cuenta de ello. ¿Cómo llamarías a una relación que se establece en base a obtener siempre algo de la otra persona?
Una relación por interés
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