Existen emociones que nos dañan, recuerdos que nos perturban, pensamientos que nos atormentan y relaciones que no nos dejan crecer ni madurar adecuadamente. Siempre estamos expuestos a situaciones que nos pueden enfermar, pero también podemos elegir cuidar y cultivar nuestra salud física y espiritual. Está comprobado que las enfermedades del alma y del espíritu actúan en nuestro cuerpo generando dolencias y malestar. Muchas personas no terminan de creer aún que las emociones como el odio, el rencor y resentimiento enferman el cuerpo. Tal vez deberíamos tomar más enserio que somos una unidad de cuerpo, alma y espíritu para cuidar tanto nuestra salud física como la psíquica y espiritual. Jesús tomo de la mano a la suegra de Pedro y la sanó. El contacto con Jesús nos sana, nos libera de lo que nos perturba y aflige. ¡Nadie quiere más que Jesús tu salud integral!
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