OPORTUNIDAD OCULTA
Seamos conscientes o no, todo el tiempo estamos evaluando lo que vivimos. A veces lo hacemos intencionalmente, con el fin de recapitular experiencias, vivencias, encuentros o situaciones que nos enriquecen interiormente, otras veces, simplemente, los recuerdos vienen como ráfagas a nuestra mente y hacen que nos detengamos un momento para mirar el sendero transcurrido.
Al llegar a fin de año, tal vez no tenemos el propósito de realizar un examen minucioso y detallado de lo acontecido, pero la capacidad que tenemos los seres humanos de hacernos conscientes y lo vivido este tiempo, casi que nos obliga a detenernos para reflexionar sobre lo que vivimos.
Cuando podemos darnos ese tiempo de fecundidad, las preguntas más hondas del ser humano, como el sentido de nuestras vidas, el valor de nuestros vínculos, la familia y los amigos, afloran de lo más hondo de nuestro interior en busca de respuestas que nos ayudan a orientarnos hacia un horizonte más claro y favorable.
Sería una picardía, por no decir un gran error, no tomarnos un momento para revisar lo que hemos vivido este año que está terminando. La pandemia nos dio un duro golpe. Aún estamos sintiendo el efecto de ese cachetazo existencial que nos ha sumergido en un mar de incertidumbres que nos resulta amenazante.
Para nadie es novedad que la sociedad que vivimos consume espectáculo, entretenimiento, programas de chismes y escándalos y que tiene una tendencia muy marcada al consumo de todo tipo. Tampoco es novedad que constantemente estamos tentados de salir fuera de nosotros mismos, sin tener consciencia de quienes somos y diluirnos en un sinfín de actividades que nos hacen perder la identidad.
Si nos detenemos un momento a considerar lo que hemos vivido este año, tal vez descubramos que la pandemia no solamente ha generado dificultades, problemas, muertes y desastre en todo el planeta, sino que también nos ofrece una oportunidad. ¿Cuál es la oportunidad que nos deja la pandemia? ¿Podemos considerarla como uno de esos acontecimientos bisagra que abren una nueva etapa en nuestra vida a la vez que cierran otras?
El impacto que nos produjo estar en cuarentena, alejados de nuestros seres queridos, reducidos al espacio de nuestros hogares, ya sea solos o con otros, ha trizado el cristal con que nos habíamos acostumbrado a mirarnos, a valorarnos y a tratarnos unos a otros. Nos ha despojados del poder y de la autosuficiencia con que vivíamos, y nos abrió la puerta para entrar a esa “casa interior” que estaba comenzando por deshabitarse por completo y reconocer quienes somos en verdad. Creo que hoy estamos en el mejor momento para encontrarnos con nuestra propia verdad.
Descubrimos que estábamos alejados de nuestros ser más profundo y andábamos extraviados. Nos dimos cuenta que esa pseudo-omnipotencia con que vivíamos era en realidad una fachada y, poco a poco, ha comenzado a surgir nuestra verdadera fortaleza. Hay más potencial que descubrir y desplegar dentro de nosotros, más posibilidad de vida plena, si somos conscientes de quienes somos.
El año que termina nos enseñó que debemos aprender a vivir con un pie levantado, esta es la actitud ante la vida que nos mantiene despiertos, abiertos siempre a lo nuevo. Y aunque la incertidumbre que se proyecta hacia el futuro nos puede atemorizar, no debemos considerarlo necesariamente como negativa, sino más bien como la condición de posibilidad para que lo nuevo, lo auténtico, lo real de nosotros mismos encuentre un lugar de expresión.
Hoy, más que nunca, tenemos la posibilidad de vivir más conscientes de quienes somos, y que nuestros actos son los que forjan el propio destino. La pandemia nos obligó a mirar hacia adentro, hacia lo esencial para discernir con mayor claridad qué es lo bueno, lo bello y lo verdadero, no en un sentido egocéntrico, sino responsables.
Te ofrecemos unas breves preguntas que pueden ayudar a sacar algún provecho personal.
1. ¿Qué descubriste de vos mismo en esta pandemia? ¿De qué fortaleza o debilidades eres más consciente ahora? ¿Dónde encontraste fortaleza para atravesar los momentos más difíciles de la cuarentena?
2. ¿Cómo viviste la distancia personal con los demás? ¿Cómo fue la convivencia con la soledad y el silencio, o con los miembros de tu familia encerrados en tu casa? ¿Descubriste algo nuevo en la relación con los demás durante la cuarentena?
3. Si fuera posible expresar en positivo lo que la cuarentena te dejó, ¿con qué palabras lo harías? Y si puedes identificar en lo que deberías crecer más como persona, ¿dónde buscarías fortalecerte? En el hipotético caso de que tuvieras que enfrentar una situación difícil en el futuro, ¿Te ayudó en algo lo vivido? ¿Qué lecciones has sacado?