La gente sencilla recibe la bondad de las personas con un corazón mucho más abierto que las que son «letradas». Los pobres no sospechan de quienes se acercan para ayudarlos porque saben que no están obligados a retribuir de la misma manera. Tampoco desconfían de las manos bondadosas que se tienden ante su necesidad. No ven dobles intenciones cuando una persona que no conoce se acerca para ayudarlos. El pobre es libre interiormente, aunque puede carecer de muchas cosas. Tal vez en ello radica esa libertad interior. Por el contrario, el que «tiene» cuida, asegura y protege lo que posee. Muchos acaparan y mezquinan lo que tienen hasta el extremo se convertirse en esclavos de sus propias posesiones. Los fariseos miraban a Jesús con recelo por la generosidad que mostraba por los pobres y desvalidos. ¿Eres generoso o mezquino?
Libertad interior
Entradas recientes
Etiquetas
aceptar
actitud
Alegría
amar
Amor
aprender
bondad
Camino del Milagro
Compasión
confianza
conocimiento
corazón
crecer
creer
descubrir
Dios
discernimiento
Día
Ejercicios Espirituales
entrega
escuchar
Esperanza
Evangelio
fe
felicidad
gestos
interior
Jesús
libertad
mensaje
miedo
Miedos
Misericordia
Nuestra Señora de los Milagros
Oración
Palabra
palabras
Paz
reconciliación
Reflexiones
Regalo
sabiduría
verdad
vida
vivir