La oración es la manera como nos relacionamos con Dios. El modo que tenemos de orar dice mucho de quiénes somos y de la imagen que tenemos de Dios. Para algunos la oración es un formulario que se rellena para pedir algo y para otros es una manera de estar, de permanecer, de ser ante Dios. Oración, no es lo que hacemos cuando rezamos sino lo que nos sucede cuando estamos en su presencia. No necesitamos convertir la oración en un formulario de pedidos a Dios como si se tratara de un empleado municipal a quién recurrimos pidiendo mejoras o atenciones. Dios es nuestro Padre, Jesús nos enseñó a llamarlo así. Al rezar nos ponemos en sus manos y ponemos en su corazón lo que llevamos en el nuestro. Cuando oramos nos disponemos a que su voluntad se realice en nuestra vida y en todo lo que vivimos. No rezamos para que Él nos cumpla lo que le pedimos, sino para que se cumpla su voluntad en lo que le pedimos.
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