Amar no es fácil. Hay que estar dispuestos a salir del propio «querer y sentir» si deseamos expresar amor. El amor no es un mandato de la razón, sino una actitud del corazón que en ocasiones contradice todo lo que podemos saber y pensar. El egoísmo tiene un horizonte o límite muy definido: el yo. Y no sale de ese ámbito. Solamente se mueve en torno a sus propios deseos, necesidades e intereses. Por el contrario, el amor no tiene ese límite. El amor es una actitud «en salida». El dinamismo del amor nos lleva a traspasar cualquier frontera o límites. El amor verdadero jamás queda encerrado en las paredes del «yo» sino que lo trasciende. El amor encuentra su plenitud y realización cuando sale al encuentro del otro. Con aquella tramposa y mezquina pregunta que hizo el doctor de la ley a Jesús, pretendía poner límite al amor de Aquel que despojándose de todo quiso estar cerca de nosotros. El primer límite lo rompió Jesús porque con su amor unió el cielo y la tierra. ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar por amor?
Entradas recientes
Etiquetas
aceptar
actitud
Alegría
amar
Amor
aprender
bondad
Camino del Milagro
Compasión
confianza
conocimiento
corazón
crecer
creer
descubrir
Dios
discernimiento
Día
Ejercicios Espirituales
entrega
escuchar
Esperanza
Evangelio
fe
felicidad
gestos
interior
Jesús
libertad
mensaje
miedo
Miedos
Misericordia
Nuestra Señora de los Milagros
Oración
Palabra
palabras
Paz
reconciliación
Reflexiones
Regalo
sabiduría
verdad
vida
vivir