La experiencia del abandono
El deseo de tener todo bajo control es el peor enemigo de la confianza en Dios. Anhelamos tener seguridad y no soportamos la incertidumbre. Nos atemoriza abandonarnos a la voluntad de Dios porque tal vez no coincida con la nuestra. Sin embargo, estamos invitados a la experiencia del abandono y la confianza en Dios. Nosotros no creemos en Dios porque su voluntad coincide con la nuestra sino que nos abandonamos a la suya porque confiamos en Él. Crecer en la confianza en los designios divinos es signo de crecimiento y maduración en nuestra fe.