«Una buena sonrisa es más un arte que una herencia.» Alegrarse con la alegría de los demás es una actitud que muestra la generosidad del corazón humano. Sonreír y compartir la felicidad con aquel que se muestra feliz requiere de humildad y paz en el corazón. La alegría manifiesta en el corazón del ser humano el equilibrio interior de su alma, su paz y mansedumbre. Nadie que tenga el corazón atado, pesado o arrastrando rencores puede expresar una sonrisa fresca y contagiosa. Las personas que sonríen con facilidad reflejan un corazón agradecido. Un amargado jamás sabrá sonreír y menos aún, un orgulloso».
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