María es la que le enseñó a Jesús a concretar ese amor.
En la entrega que hace Jesús de su madre al discípulo amado, quiere perpetuar su ternura, cuidado, atención y oración, por nosotros. La virgen María es la maestra de los gestos de amor, de compasión y misericordia que hemos conocido en Jesús. Si el Padre Dios es la fuente del amor, María es la que le enseñó a Jesús a concretar ese amor. Ella enseñó a Jesús a mirar, a escuchar, a prestar atención a los que sufren; y al pie de la cruz, ella ejerce ese maravilloso don de ser consuelo en los momentos de dificultad.