Nos encontramos en uno de los más antiguos testimonios histórico-cultural-arquitectónico del “área fundacional”.
La primitiva fachada aun conserva una placa indicando el año de su origen: 1660. La construcción original completada en 1700 contaba con una torre en su lado Norte, que se derrumbó en 1714, estando actualmente cubierta la superficie que ocupaba, con un techo de chapas sobre tirantería de madera a nivel superior de su frente del mismo lado, carente de elementos decorativos y de superficie totalmente plana. En el nivel inferior y a manera de cripta se encuentra el cementerio, ocupando en el subsuelo una parte de la nave lateral Norte.
En el eje de la nave central, una puerta con arco de medio punto, enmarcada por pilastras y un dintel recto, sirve de acceso principal y único desde la calle. Casi sobre el mismo plano y a nivel del coro interior, vemos tres ventanas, rematadas con frontis de molduras curvas que sirve de cierre superior, la central y mayor, cegada interiormente con pared, posiblemente para dar protección térmica al órgano Cavaillé-Coll de gran valor patrimonial.
La torre actual terminada en 1755, responde en cambio, a un planteo arquitectónico provisto de ornatos, pilastras, cornisas y vanos que rematan en un campanario coronado por una espadaña cuadrangular con pilares en las esquinas. Cuenta con tres niveles: El primero sirve de acceso al coro; el segundo al campanario propiamente dicho, que cuenta con tres campanas suspendidas de vigas de madera dura; y por último el que accede a la espadaña. Todos ellos con estructura de vigas y alfajías de madera que sostienen ladrillos de plano como soporte del contrapiso y piso de cemento. Por dentro son visibles los dinteles, refuerzos horizontales y verticales insertos en la mampostería primitiva de gran espesor y rusticidad desprovista de revestimientos o revoques.