No es fácil aceptar el «tiempo de prueba». En ese momento la fe y la confianza en el Señor nos sostienen, pero también es verdad que hasta el más creyente puede sentirse abandonado por Dios. Aunque nos cuesta creer en las pruebas aprendemos muchos sobre quién es Dios, sobre la relación que tenemos con Él y sobre el vínculo que el Señor quiere establecer con nosotros. Para muchos cristianos Dios sigue siendo un «proveedor» de bienestar y de felicidad a quien recurren cuando necesitan que los libre de las dificultades. Por el contrario, Dios quiere un vínculo más profundo porque pretende una relación de amistad. ¿Qué clase de persona recurre a su amigo solamente cuando está en problemas? Y ¿Qué clase de personas seríamos si no prestamos ayuda al amigo que necesita de nosotros? En las pruebas los vínculos de amistad verdadera crecen y maduran.
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