Aunque sabemos que la fe no es el resultado de una ecuación lógica, sino un don, seguimos intentando que Dios entre en nuestros esquemas mentales para creer en Él. Las personas que dicen ser ateas o agnósticas pudieron no haber recibido el anuncio de Jesús, pero también es posible que estén desilusionadas del «dios» que han intentado conocer por medio de la razón. El conocimiento de Dios no es algo que nos llega por la razón, sino una experiencia de amor. Una experiencia que luego se comprende, entiende, y hasta razona, pero no antes. Muchas personas siguen pidiendo a Dios que les muestre su poder otorgándoles lo que les piden, forzando a Dios a entrar en sus parámetros mentales. El amor nos da un conocimiento que la razón sola no puede penetrar. Tú, ¿amas a Dios o lo piensas? ¿Rezas o razonas?
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