Somos generosos y cordiales hasta que alguien rechaza nuestras buenas acciones. A veces caemos en la tentación de creer que sabemos a la perfección lo que necesitan los demás. Imaginamos un sinfín de cosas que creemos les pueden hacer falta o necesitan para sus vidas, pero resulta que no son bien recibidas cuando se los ofrecemos. Imaginábamos que lo harían, pero no es así. Entonces, nos nace la rabia y el enojo y les decimos que son desagradecidos o soberbios por no aceptar nuestra ofrenda. ¿Por qué los demás deben ser víctimas de nuestra caridad? Necesitamos aprender a hacer el bien y a involucrar a los demás en sus propios procesos de superación y no creer que sabemos lo que necesitan.
Entradas recientes
Etiquetas
aceptar
actitud
Alegría
amar
Amor
aprender
bondad
Camino del Milagro
Compasión
confianza
conocimiento
corazón
crecer
creer
descubrir
Dios
discernimiento
Día
Ejercicios Espirituales
entrega
escuchar
Esperanza
Evangelio
fe
felicidad
gestos
interior
Jesús
libertad
mensaje
miedo
Miedos
Misericordia
Nuestra Señora de los Milagros
Oración
Palabra
palabras
Paz
reconciliación
Reflexiones
Regalo
sabiduría
verdad
vida
vivir