Vivir nuestra fe
Nuestra fe es para vivirla en el mundo y no para pavonearnos en los Templos. En la Iglesia cultivamos y alimentamos nuestra fe pero para vivirla en la calle, en la oficina, en el vecindario, en el colegio, dando testimonio de lo que profesamos. ¿De qué sirve pelearnos por los primeros puestos en las Iglesias si no somos testimonios de la fe que profesamos? Preguntémonos con sinceridad ¿Vivo conforme a los principios del evangelio o me dejo influir por los principios mundanos? ¿Ante el odio, respondo con odio? ¿Ante la ofensa, respondo con venganza? Ante la mentira, la violencia y la corrupción ¿cómo respondo?