No podemos comprar el amor de Dios
Nadie puede decir que Dios no ha sido compasivo y misericordioso con sus errores, fragilidades y pecados. Todos sabemos que su amor cura las heridas más profundas, fortalece la fe y da ánimo al espíritu quebrantado. Su amor es un don gratuito, un regalo que nos otorga sin mérito de nuestra parte. Su amor no podemos comprar con buenas obras porque él nos regala su amor. ¿No deberíamos también nosotros amar a los demás gratuitamente y dejar de comparar lo que recibimos de ellos?