El mandamiento es amar
Podemos «amar» a alguien por lo que dice, podemos «amar» a una persona por lo que hace, o podemos amarla por lo que es, independiente de lo que diga o haga. Éste es el nivel más profundo de amor. Amar a alguien es abrirse al misterio de su persona, es «aventurarse» a ir más allá de lo que dice o hace. El mandamiento de Jesús de amar a Dios, a los demás y a nosotros mismos, es un salto cualitativo en el acto de amar. Necesitamos aprender a amar el silencio y la voluntad de Dios, amar a los demás más allá de lo que dicen o hacen, y a nosotros mismos, cuando decimos y hacemos algo de lo que luego nos lamentamos. Más allá de lo que decimos y hacemos, existe un ser necesitado de ser amado por lo que es. ¿Qué amas en las personas?